domingo, 15 de mayo de 2011

Ya se han casado

Bueno, todo terminó bien. Ayer se casaron Jorge y Natalia en la ermita de la Patrona de mi Ciudad, a la sombra del río que da nombre a nuestra ilustre localidad. La ceremonia fue alegre, gozosa y emocionante. El padre de la novia derramó alguna lágrima furtiva, especialmente cuando el sacerdote, D. Jaime, leyó, al terminar la Eucaristía, la Bendición Apostólica de Su Santidad el Papa Benedicto XVI.

Por lo demás, la ceremonia salió bien. Leyeron tres hermanas de la novia, Micaela, Fulgencia y Anastasia. Algo nerviosas, pero con gran corrección y decoro. Yo subí a leer las peticiones, también con grave nerviosismo, pero sujetándome al guión (o guion, según la progre RAE).

La homilía del cura, ortodoxa y clara: valores del matrimonio, sus deberes, derechos y obligaciones. Apertura necesaria a la vida como cooperación con el Dios Creador, y otras aclaraciones doctrinales.

Después, con un sol de justicia, salimos a la explanada, donde la madre de la novia (ya convertida en esposa) se tropezó. No hubo que lamentar roturas, ni de tejidos ni de huesos. La hermana menor de Natalia, Ana, subió con su novio Andrés al campanario, a tocarlas con gran alegría mientras los novios (ya esposos) salían a recibir la lluvia de pétalos y arroces.

En vehículos motorizados hasta una noble mansión junto al río, a un par de kilómetros del templo. Durante el banquete, precedido por el coctel de rigor, llovió a cántaros. Se espetaron, desde mesas juveniles, gritos de "vivan los novios", "que se besen", y algún ordinario "con lengua" y "que se besen los padrinos". Gracias a Dios, no hubo que lamentar el troceamiento de la corbata del novio (ya esposo).

El gusto más tradicional lo marcaron los miembros de la Tuna Universitaria, con sus famosas "Compostelana", "Clavelitos" y la inevitable "Alcalá de Henares", entre otras.

De especial interés resultó, por emocionante, la entrega del ramo de la novia a sus cinco hermanas, aún solteras. Se acercó, con música de fondo, a la mesa (donde yo me encontraba, como novio de Anastasia) y allí depositó el ramo de rosas blancas, que se fue pasando de mano en mano, hasta terminar en el centro.

Y tras el baile, cada mochuelo a su olivo. Con un matrimonio más y una familia en ciernes.

Amén

N+.

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